REPORTAJE THE CLINIC
La incertidumbre de los trasplantes en medio de la pandemia
La crisis provocada por el coronavirus obligó a que pacientes con otras dolencias debieran postergar sus tratamientos. Ese es el caso de más de dos mil personas que hoy necesitan un trasplante de órganos y que, por el momento, no ven una solución rápida. Aquí, siete testimonios sobre esta angustiante espera: profesionales que no dan abasto, un sistema de salud colapsado, y pacientes y familiares pesimistas ante un futuro incierto.
Según datos entregados por el Ministerio de Salud, hasta el 12 de junio se habían realizado 143 procedimientos de trasplantes en 2020; un 25% menos que los 190 registrados a la misma fecha del año pasado. El doctor Juan Eduardo Sánchez, coordinador nacional de Procuramiento, Trasplante de Órganos y Tejidos del Minsal, agrega que “el 2019 se alcanzaron cifras récords de trasplantes en el país. Por ello, es importante resaltar que la cifra de este año es similar a la de años anteriores, donde se cuentan 144 en 2018 ó 141 en 2016”. A pesar de esta información oficial, médicos especialistas consultados por The Clinic reportan que al interior de sus unidades de trasplante renal y hepático el número de personas que se ha realizado esos tratamientos ha disminuido de forma drástica.
En Chile hay 2.365 personas esperando por un trasplante. De ellos, un 90% requiere un nuevo riñón, 6,8% hígado, 1,5% pulmón, 0,9% páncreas y un 0,4% está a la espera de un corazón. Estos procedimientos se han visto alterados por la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, que por sus cifras de contagiados y fallecidos prácticamente ha copado todos los espacios y atenciones del sistema de salud. Los riesgos que, en ese escenario, implica hospitalizar a donantes y a personas en listas de espera, además de una alta ocupación de camas UCI necesarias para trasplantar, son algunos de los factores que impiden un normal desarrollo de estos tratamientos.
¿Cómo ha impactado la pandemia en la espera de trasplantes en Chile? Siete voces involucradas en este tema entregan sus opiniones.
Luis Valdés y la espera de un riñón
En noviembre del 2012, a pocos días de cumplir 30 años, el comunicador audiovisual Luis Valdés recibió la noticia: el malestar físico que lo acompañaba desde hacía días era producto de una insuficiencia renal crónica, enfermedad que apareció sin motivo aparente y que cambió su vida de golpe. Entonces inició un proceso de diálisis, mientras que la espera por un riñón se volvió el eje de su vida.
Desde esa primera noticia, empezó a registrarlo todo. Ese material audiovisual se puede ver en la serie documental “Latente, retrato de una espera”, donde en cinco capítulos muestra, desde una perspectiva íntima, los obstáculos que ha debido sortear mientras los años pasan en lista de espera. Tema que profundizó luego en un podcast llamado “Grupo de Riesgo”.
Ocho años han pasado desde ese primer diagnóstico y el realizador sigue a la espera de un órgano. Vive en Viña del Mar y cada seis meses debe actualizar los exámenes que le permiten confirmar su permanencia en la lista. Desde que se inició el llamado a cuarentena, se llenó de dudas respecto a cómo iba a realizar sus controles médicos y la diálisis.
Luis se atiende en el Hospital Gustavo Fricke y cuenta que desde el estallido social se alteró su situación: “Después del 18/O tuve que poner un reclamo en Fonasa para que me hicieran los controles, porque los doctores me daban hora y después no llegaban. Muchas veces llamé para confirmar y me decían: ‘no, esa doctora no va a venir’. Eso se acentuó con la pandemia, sólo que ahora están ocupados”.
Cuando se inició la cuarentena en Santiago, en su centro de diálisis dejaron de tomar el examen del ISP que le permite ver la compatibilidad con los órganos disponibles para trasplante. “Cuando ya se instaló lo de la pandemia, me llegó una carta diciendo que el ISP iba a estar sólo dedicado a hacer el examen PCR, entonces se suspendían todas las tomas de muestra para cualquier otra enfermedad. Durante tres meses quedamos en la nada”, dice.
A mediados de mayo, el exministro Jaime Mañalich confirmó en conferencia de prensa que se volverían a tomar los exámenes en el ISP, Así, personas como Luis y 2.129 pacientes que esperan un riñón podrían tener sus registros actualizados.
Pero Luis tiene más dudas. “¿Qué pasa si me llaman para un trasplante ahora? Para trasplantarte deben inmunosuprimirte, eso significa que si te agarras un resfriado común te puedes morir de una pulmonía porque tu cuerpo no se va a defender de nada”. Y agrega: “He esperado ocho años por un trasplante. Los dializados y pacientes en espera somos autovalentes, pero absolutamente vulnerables. Este es un hospital que ha salido un montón de veces en la tele porque está colapsado. Más encima uno pregunta y no te dicen nada, nadie habla contigo ni te explica los pasos a seguir”.
Señala, enfático, que con esta pandemia los trasplantados y dializados están totalmente invisibilizados. “Si a mí no me dan las respuestas que ando buscando, ¿cómo voy a confiar? Además, ¿cómo voy a ir al hospital?, ¿quieren que me ponga a hacer una fila? ¡Si la fila es de dos cuadras! Prefiero morirme en la casa con mi familia”.
Cuidar a pacientes vulnerables
Hasta el 5 de junio, la Sociedad Chilena de Nefrología registró 666 pacientes dializados contagiados con Covid-19, principalmente en la Región Metropolitana. Cifra que cada semana se ha ido abultando, de acuerdo al presidente de la Sociedad Chilena de Dializados y Trasplantados (Asodi), Miguel Vargas: “Durante las dos últimas semanas se ha desarrollado un contagio agresivo a trasplantados y dializados”.
En los dos últimos meses esta organización inició una campaña con medidas para el cuidado y la calidad de vida de los pacientes. Una de las principales propuestas fue la disposición de residencias sanitarias capacitadas para pacientes dializados y trasplantados. Ello surgió tras un episodio donde un grupo de pacientes intentó acceder a estos recintos y fueron rechazados. La situación debió ser aclarada por el Minsal, que comentó a la prensa: “Son pacientes de alto riesgo que requieren de una vigilancia permanente (… ) No podemos estar trasladando al paciente constantemente, ya que cada contagio significa un riesgo muy alto a la población”.
Desde Asodi también exigieron transporte para pacientes contagiados a los centros de diálisis para continuar con los tratamientos requeridos. Otro punto es la realización de exámenes PCR al interior de los centros para reorganizar los espacios, cuidar a los pacientes y también al limitado personal de salud.
“En una situación catástrofe el escenario de los pacientes trasplantados y dializados. En un hospital de la zona sur de Santiago, donde hay más de diez personas trasplantadas contagiadas, al menos cinco han fallecido por covid. Situación muy parecida está ocurriendo con los dializados, que son más de 20 mil personas en Chile. Hoy los hospitales están sobrepasados. Cuando el paciente llega grave, muchas veces no hay capacidad de atención”, relata Vargas.
Extracto Noticia Web The Clinic , para ver noticia completa hacer clic aquí